Si te diste cuenta de la debilidad de tu carne, hay que abrazar este juego hecho de acero y sangre

Tras una exitosa serie de entregas de la saga Warhammer, para placer de sus innumerables fans de culto, ha regresado el hijo pródigo y tal vez una de las ip mas queridas y “pochocleras” de la mano de la excelentísima desarrolladora Saber Interactive y Focus Enternainment: Warhammer 40k Space Marine 2, disponible para Windows PC, PS5 y Xbox Series X/S

Un horizonte plagado de guerra y honor

Este juego es la continuación de la entrega anterior de este título, ubicado cien años a partir de los últimos acontecimientos en donde nuestro querido protagonista el Capitán Demetrian Titus fue acusado de herejía por su contacto cercano con las Fuerzas del Caos, por lo que fue condenado a ser torturado hasta su tardío rescate gracias a sus hermanos de armas mucho tiempo después, logrando reincorporarse gloriosamente al cuerpo de Ultramarines, sin ser totalmente bienvenido.

En el presente, nos encontramos en medio de una incursión perteneciendo a la compañía de vanguardia Blackwatch, quienes con sus dos cojones y servo-armaduras se encargan de incursionar en territorio enemigo y propinar palizas. Estamos en medio de una guerra intergaláctica, conocida como “4ª guerra Tiránida”, en donde el expansionismo del imperio ha chocado con una civilización alienígena personalizada por hordas y hordas de bichos parecidos a alien, unidos por una mente colmena… que también tienen armas. ¿Qué cosa no?

Acción a la vieja escuela

WH Space Marine 2, así como su antecesor, es un juego de acción en 3ª persona de tipo lineal que centra su gameplay en una combinación de armas de fuego y combate melé, en atravesar virtuales grupos de enemigos (más adelante especificaremos el por qué virtuales), y purgar la herejía a mano de biblia y hacha. La lógica de los distintos niveles reside en las distintas misiones que pueden variar en recuperar información, o simplemente aniquilación total, constando de atravesar ciertas zonas con hordas de enemigos coronados con un semi-jefe o un jefe para poder avanzar al siguiente segmento y proseguir con la historia.

Antes de cada misión (y dentro de ellas) podremos acceder a un gran arsenal de armas de guerra que harían realidad todos los sueños de un belicista, pudiendo adaptar el estilo de combate según las necesidades lo requiriesen, pudiendo optar desde un saludable combate a distancia a través de la mira telescópica de un cañón de mano, a decidir llevar las cosas a un terreno mas “personal” y violentar el espacio privado de nuestro enemigo con un hermoso toque de una escopeta lanzallamas

Nuestro imponente guerrero no solo cuenta con armamento pesado, sino que su armadura en sí esta literalmente sedienta de sangre, por lo cual a medida que vayamos destrozando enemigos, iremos recuperando vida, además de contar con un escudo de energía para protegernos de ataques menores. Por otro lado, así como con la entrega anterior, contamos con una excelente forma de agregar verticalidad al juego contando con propulsores que no solo pueden ayudarnos a llegar a distintas alturas del nivel, sino atacar con nuestros dos cojones desde el aire con una hermosa picada en la cabeza del objetivo.

Los hermanos sean unidos

A lo largo de todas las misiones un Astartes nunca trabaja solo, sino que cuenta con sus compañeros de armas que nos asistirán en todo momento a poder sortear las oleadas de sucios alienígenas, o a salvarnos cuando las papas quemen. Claramente uno se imagina “Duuh, otra IA” … pero ¡Nop! En nuestro escuadrón podremos sumar a dos amigos para que nos acompañen en nuestra sagrada gesta y hacerles un buen teabag a los caídos.

Pero el multiplayer no queda ahí, sino que también el juego mas allá de proveernos de un útil y conocido sistema de ping para marcar objetos o puntos de interés, tiene un modo cooperativo llamado “Operaciones”, el cual enfrenta a dos equipos de Ultra Marines totalmente customizables, distintas pero típicas misiones de capturar la bandera, aniquilación, etc. Pero mas allá de ser modos conocidos, no inventan el fuego y se apegan a la acción trepidante que el juego ofrece. Puntito para los devs.

No tengas miedo de los centenares de monstruos al fondo

En los aspectos visuales, el juego entrega una sumamente satisfactoria experiencia que hace que pegues los codos en el asiento mientras las explosiones y los ejércitos alienígenas nos desbordan por todos los costados de la pantalla. Pero lo bueno de esto es que la mayor parte del tiempo, aproximadamente la mitad de la sensación de peligro constante que aparentan los escenarios, están meticulosamente calculados, en ocasiones visibilizando una impresionante horda de bichos a lo lejos y amontonándose por las paredes para agarrar un pedacito de nuestro metálico traste, pero en realidad solo nos enfrentaremos como mucho a una manejable cantidad de 12 o 20 aliens al mismo tiempo.

¿Pero como se logra aportar esta sensación continua de peligro? Es verdad que no es el primer juego que tiene enemigos “falsos” que hacen montón en la pantalla virtualmente… pero la particularidad de este juego es que cada uno de los enemigos que divisamos son targeteables, esto quiere decir que a cada blanco que acertamos nos da un retorno de impacto o bien observamos al cadáver caer en el suelo, quedándose allí como un ragdoll. Lo cual en realidad uno inmerso en el juego no puede diferenciar si ese enemigo era realmente enfrentable o no, por lo siempre se debe estar en guardia.

Definitivamente este juego se encarga de apegarse a una formula que ya le sirvió en su momento y solo se encargaron de no solo reproducir esas sensaciones de partirle la cabeza a un tiránido con nuestras bolt-guns, sino de potenciar las fortalezas que lo diferencian de otros juegos de acción sumando un apartado jugable impecable y aspectos gráficos y de diseño de juego sumamente inmersivos.

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