THE WATCHMAKER – REVIEW
Desarrollado por Micropsia Games, quienes ya nos deleitaron con su estreno en el año 2018 exclusivo de PC, ahora lo podremos disfrutar en las consolas PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch.
La historia está protagonizada por Alexander, un relojero que contará con un marcador bastante particular, cargado en su espalda, que le permitirá saber cuál es su estado de salud, edad, y que ayudará a resolver los diferentes puzles que se presenten. La energía jugará un papel muy importante, ya que deberá ser utilizada en diferentes acciones como protegerse de enemigos, retroceder en el tiempo, devolverle años de vida o para mover diferentes objetos.
Se tendrá la posibilidad de acceder a diferentes Checkpoints compuestos por plataformas electromagnéticas que entre sus funciones permitirá recuperar la energía de Alexander, además de ser los únicos puntos para guardar el avance en el juego, pues no habrá salvado manual.
Este título en tercera persona es bastante simple en cuanto al desafío, debido a que su meta es arreglar la torre del reloj asegurando de no llegar a los 90 años; caso contrario, el personaje fallecerá.
El level design es desafiante. Habrá que atravesar cuatro niveles y un quinto decisorio en el que espera pacientes los jefes; cada escenario está construido para poder mirar donde están los siguientes rompecabezas que haya que resolver sin restricciones para ser recorrido libremente.
En conclusión, The Watchmaker, después de jugarlo diez horas aproximadamente en PC, definitivamente es una experiencia que vale la pena ser vivenciada en caso de que sean del agrado los juegos con un estilo similar a Metamorphosis. Ya que nos cautiva con su apartado gráfico y su banda sonora. Aunque lamentablemente tenemos que marcar algunos puntos negativos que esta obra conlleva, como lo son algunos desafíos un poco confusos que nos llevan a pensar que el juego tiene alguna especie de bug hasta que encontramos la solución a veces de casualidad o su poca precisión con algunas mecánicas básicas y la falta de alguna ayuda que nos indique dónde debemos encarar nuestro camino, como podrían ser un mapa, brújula o algún sistema de pistas. Pero en definitiva por su arte y narrativa sólida, al final de cuenta es un clásico juego de rompecabezas que merece una oportunidad.