Ritmo, balas y frenesí.

En un mercado saturadísimo de roguelikes y shooters en primera persona, ROBOBEAT llega para sacudir la escena con una propuesta rítmica que mezcla frenetismo y precisión a partes iguales. Desde su estética vibrante hasta su mecánica de juego, el título ofrece una experiencia que recompensa la sincronización perfecta con la música, haciendo que cada disparo y movimiento tenga un ritmo propio. Jugué la versión de Nintendo Switch y, aunque la portátil de Nintendo no es la plataforma más potente, la experiencia fue sorprendentemente satisfactoria. Veamos qué tal la majestuosidad de su creador Simon Fredholm.

Estética y ambientación

Desde el primer segundo, ROBOBEAT impacta con su diseño visual. Es una fusión entre el cyberpunk y los neones futuristas, con una clara influencia de la cultura synthwave. Los escenarios, si bien limitados en variedad, están cargados de detalles y efectos lumínicos que combinan perfectamente con la música. La estética recuerda a títulos como Pistol Whip o Boomerang X, pero con un toque más arcade y desenfadado. En Switch, este proyecto mantiene esta identidad gráfica con solvencia, aunque se notan algunos sacrificios en las texturas y efectos de iluminación respecto a versiones de PC o consolas más potentes.

Gameplay: Dispará al ritmo de la música

El corazón de esta obra es su mecánica de combate basada en el ritmo. Cada disparo, salto y esquive tiene más impacto si se realiza siguiendo el tempo de la música. La recompensa por mantener el ritmo es una mayor potencia en los ataques y un flujo de combate casi hipnótico. Es un sistema que recuerda a Metal: Hellsinger, pero con una mayor flexibilidad, permitiendo que los jugadores encuentren su propio groove sin ser castigados demasiado si se salen del compás.

El gunplay es preciso y satisfactorio, con un arsenal variado de armas que van desde pistolas láser hasta escopetas de energía. La variedad de enemigos, aunque no es excesiva, ofrece suficientes desafíos como para mantener la tensión en cada run. Además, el juego cuenta con elementos roguelike, con mejoras aleatorias y nuevas habilidades que pueden cambiar la manera en que enfrentás los niveles.

En Nintendo Switch, el rendimiento es sólido en su mayoría. El framerate se mantiene estable en 60 FPS la mayor parte del tiempo en modo dock, aunque en portátil hay caídas ocasionales cuando la pantalla se llena de efectos visuales. Aun así, la respuesta de los controles sigue siendo ágil, algo esencial para un juego donde la precisión rítmica lo es todo.

Sonido: el alma del juego

Obviamente, en un juego basado en la música, la banda sonora es clave. ROBOBEAT ofrece una selección de temas electrónicos que van desde lo industrial hasta lo retro-futurista, con beats pegadizos y un diseño sonoro pulido. La posibilidad de elegir diferentes pistas y adaptar el ritmo del combate a cada canción le da un plus de rejugabilidad.

En Switch, el audio se escucha bien tanto en los parlantes de la consola como con auriculares, aunque el sonido comprimido de los altavoces portátiles no hace justicia a la riqueza de los bajos y sintetizadores. Definitivamente, es un juego para disfrutar con buenos auriculares o un sistema de sonido externo.

Dificultad y rejugabilidad

Como buen roguelike, este no es un juego fácil. La curva de aprendizaje puede ser dura al principio, sobre todo si no estás acostumbrado a sincronizar tus acciones con la música. Sin embargo, una vez que le agarrás la mano, el gameplay se vuelve una danza frenética de precisión y velocidad.

Cada run es diferente gracias a los modificadores aleatorios y la posibilidad de desbloquear nuevas armas y habilidades. Además, el juego cuenta con desafíos y tablas de clasificación que incentivan la competencia y la mejora constante. En Nintendo Switch, la portabilidad suma un plus: es ideal para sesiones cortas en cualquier lugar, aunque el frenesí del combate hace que sea difícil jugarlo de manera relajada.

Conclusión de CDF Gaming

Claramente es una joyita dentro del género de los shooters rítmicos. Si bien en Nintendo Switch hay sacrificios gráficos y algunos bajones de rendimiento en portátil, la jugabilidad sigue siendo adictiva y el diseño sonoro brilla con luz propia. No obstante, por ahí recomendaríamos ir más por una versión de Xbox o PS5. Para los fans de los roguelikes, la música electrónica y la acción frenética, este juego es una recomendación obligatoria.

Si te gustaron juegos como Crypt of the NecroDancer, Metal: Hellsinger o Pistol Whip, ROBOBEAT es una experiencia que no deberías dejar pasar. En la híbrida de Nintendo, puede que no sea la versión definitiva, pero sigue siendo una explosión de ritmo y balas digna de ser disfrutada.

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