Port Royale 4 – REVIEW
El lobo de Wall Street del Caribe
De la mano de Gaming Minds y Kalypso Media, llegó la esperada cuarta entrega de la saga de simuladores comerciales: Port Royale 4. Con fecha de lanzamiento oficial el 25 de septiembre, ocho años después de la última versión de la franquicia Port Royale, se encuentra disponible para PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch, y PC.
La acción de este juego de simulación comercial y administrativa se sitúa en el Mar Caribe durante el siglo XVII; plena época de auge colonialista y comercio entre las grandes potencias europeas de entonces y las colonias de Centroamérica. El mapa en el cual se desarrolla muestra diversos asentamientos controlados por los cuatro Imperios reinantes en ese entonces: España, Inglaterra, Francia, y Países Bajos.
El jugador controlará a un gobernador de alguna de las colonias y responderá al Virrey del Imperio colonialista correspondiente. ¿Cuál será la responsabilidad del jugador en su rol de mandatario? Principalmente, velar por el desarrollo social y económico de la colonia bajo su mandato mientras fortalece la presencia colonial del imperio al que reporta. Se podrá optar por cualquiera de los dos modos de juego: Partida Libre o Campaña.
El crecimiento económico de su colonia estará directamente ligado al comercio. Para ello, el jugador contará inicialmente con un navío con el que podrá establecer rutas de comercio con otros asentamientos, basándose prioritariamente en el concepto de «comprar barato y vender caro». Cada ciudad producirá un máximo de siete mercancías y el precio de cada uno de estos bienes variará según la ley de oferta y demanda en cada puerto. La gestión de las mercaderías que producirá la colonia gobernada por el jugador será de vital importancia para conseguir a un menor precio las que son más demandadas por los socios comerciales.
A medida que el jugador vaya recaudando más dinero, podrá agrandar su flota y poseer varios convoyes mercantes para generar más ingresos. No será necesario estar administrando individualmente cada uno de estos convoyes de manera constante, sino que se podrán programar rutas de mercado seleccionando los puertos a visitar y las mercancías a comerciar en cada uno de ellos. Además, será de vital importancia programar los distintos tramos de dicha ruta para aprovechar los beneficios climáticos; como zonas de viento a favor, que harán que los viajes sean más rápidos y eficientes.
La dinámica del juego no se basa exclusivamente en el comercio, sino que la relación con el Virrey será de gran relevancia para ganar fama dentro del Imperio. Una de las formas de lograrlo es a través de las batallas con piratas que acechan las aguas del Caribe. Al encontrarse con un convoy pirata, podrá darse inicio a una batalla naval por turnos en la que se deberá combinar la estrategia junto con habilidades especiales del capitán para hundir al enemigo o abordar sus navíos en busca de un botín para saquear.
A nivel gráfico, se aprecia una minuciosa atención al detalle; siendo que se puede acercar la vista hasta ver las hojas de una palmera o alejarse hasta ver el mapa completo en un paisaje panorámico. Tanto la música como los personajes se encuentran muy adaptados a la temática náutica de la época, con canciones típicas que probablemente el jugador ya haya escuchado en alguna famosa saga fílmica de piratas.
Port Royale 4 hizo valer los ocho años de espera con una entrega muy lograda que va más allá de un simple simulador de comercio y dejará al jugador cantando todo el día “Yo, Ho, ¡Ho! And a barrel of Rum”.