Cult of the Lamb | REVIEW
Un lobo con piel de cordero
Si en un confuso episodio The Binding of Isaac, Animal Crossing y Stardew Valley tuvieran un hijo, sin lugar a dudas sería Cult of the Lamb. Este roguelite combinado con elementos de agricultura y pesca, gestión de recursos y construcción de ciudades llegó el 11 de agosto de 2022 a PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X|S, Xbox One, Nintendo Switch y PC de la mano de Devolver Digital y Massive Monsters. Desde CDF Gaming hemos sido afortunados receptores de un código de acceso para poder traerles nuestras sensaciones.
El jugador se encuentra en la piel de un cordero, el último de su especie, que va a ser sacrificado por los obispos de la vieja fe para evitar que se cumpla la profecía de liberar “al que espera” de las profundidades de la tierra y preservar la vieja fe. Pero ese sacrificio lo único que logra es acercarlo “al que espera”, quien lo convierte en su representante en la tierra y el encargado de profetizar su culto.
¿Cómo se logra esto? Principalmente consiguiendo seguidores y adeptos al culto, quienes podrán trabajar para recolectar recursos, construir edificaciones para ser autosuficientes y venerar al líder del culto para que sea más poderoso, desbloqueando habilidades y edificios. Como líder espiritual, el rol del jugador no será recostarse y ser adorado sino que tendrá que encargarse de gestionar el culto. Los seguidores tendrán hambre, irán al baño y tendrá que juntar sus desechos y también se verán obligados a realizar rituales o dar sermones para mantener la fe.
Es una apuesta realmente fuerte la que asumieron al intentar combinar los elementos de juego para crear Cult of the Lamb y lo han logrado de una manera excelente. El balance entre la gestión del culto y las runs en los dungeons está realmente logrado, siendo varios juegos que coexisten dentro de uno y están fuertemente conectados. Avanzar en los calabozos permitirá recolectar recursos y reclutar seguidores para desarrollar el culto y, por otro lado, el desarrollo de la secta mejorará las habilidades del personaje en los calabozos, por lo que no podrá existir uno sin el otro.
En cuanto a la jugabilidad de combate, cada run se iniciará con un arma y una habilidad especial generadas al azar, con distintos tipos de ataques, velocidad y daño. La dificultad de combate irá creciendo a lo largo del tiempo, siendo clave que el progreso del culto vaya de la mano para mejorar al personaje. El combate es fluido y cada run será distinta a la otra según el arma y habilidad que tenga disponible el jugador, por lo que la habilidad de adaptarse a distintas formas de combate será vital para poder superar los calabozos. Si se logra dominar el dash para eludir los ataques enemigos, se facilitará mucho la tarea de superar los calabozos.
El aspecto estético es algo que puede llegar a quedar opacado de cierta manera por los aspectos de la jugabilidad ya mencionados, pero es realmente un complemento ideal del juego. Su estética y animación con tiernos animales se contrapone al concepto de liderar un culto en el que puedes sacrificar seguidores en rituales, dándole cierto toque humorístico que hace la experiencia de juego mucho más amena y entretenida.
Massive Monsters ha tomado lo mejor de varios mundos para crear Cult of the Lamb, un indie que ha solo una semana de su lanzamiento ya ha superado el millón de jugadores y es un éxito en el mundo del stream. La sinergia y dependencia entre los distintos modos de juego, junto a la jugabilidad y estética, han resultado en una obra de arte entretenida y adictiva por demás, logrando que el jugador sea uno más del culto. Logró tomar conceptos ordinarios para crear algo extraordinario, siendo uno de los títulos más relevantes del año. ¿Preparado para liderar tu propio culto?